LÍDERES, BASTA DE EXCUSAS: ES HORA DE HACERNOS RESPONSABLES
Constantemente hablo con directivos de educación acerca de cómo entienden su liderazgo y qué tan empoderados se encuentran con su labor, y la verdad es que las respuestas son bastante diversas. Hoy les hablaré del que es, de acuerdo a muchos expertos, el principio más importante para vivir una vida empoderada y alcanzar las metas, el cual yo he podido observar en aquellos directivos que cuentan con instituciones sanas y que están pudiendo mejorar día a día: hacerse 100% responsables de todo lo que les ocurre.
Cuando te preguntas por qué no estas teniendo los resultados que quisieras en tu colegio o universidad, tienes dos alternativas:
1 – Hacerte responsable e identificar una serie de mejoras que podrías implementar para aumentar tu efectividad.
2 – Elaborar excusas y quejas respecto al sistema educativo, el sostenedor y financista, el equipo con el que cuentas, al tiempo que te faltó o cualquier otro factor externo a ti.
Si estás cayendo en el segundo tipo de respuesta estás perdiendo el tremendo poder y energía con los que contarías si activaras el poder de hacerte responsable.
Cuando consideramos que nosotros creamos o bien permitimos que ocurra todo lo que nos sucede, nuestra mente ya sea explícita o inconscientemente construye el camino de situaciones en las que fuimos protagonistas y que redundaron en el resultado que hoy existe y que no nos satisface. Cuando observamos ese recorrido lógico de hechos y asumimos nuestra responsabilidad, tenemos resuelto el 50% del camino para lograr el éxito: decodificamos nuestra responsabilidad sobre el pasado.
Cuando estamos en el presente, decidiendo y tomando acción, nos vemos enfrentados a situaciones similares a las que nos han ocurrido antes y, cuando ya decodificamos nuestra responsabilidad del pasado, podemos cambiar el destino y lograr el éxito. Con esto completamos el 100% del camino para el éxito: Cambiar nuestras acciones, maximizando las posibilidades de alcanzar el resultado buscado.
No es evidente que podamos realmente estar convencidos de que somos responsables, para ello es fundamental que contemos con una autoestima a toda prueba, si no tenemos ese nivel de autoconfianza superior probablemente caeremos en la trampa de creer que lo que hagamos no es importante y que en realidad el entorno tiene una fuerza y una influencia mucho mayor a nosotros mismos. Tú eres una gran persona, cuya labor y entrega es única y fundamental, puedes tener la convicción de que eres importante e influyente sobre lo que te ocurre.
Basta de excusas
Si llegamos tarde a un compromiso y nuestra excusa es el denso tráfico o bien que nuestro despertador no sonó, o que el auto falló y se reventó un neumático, la próxima vez que tengamos un compromiso podremos seguir usando las mismas excusas y así sucesivamente. Cuando nos hacemos responsables generamos un plan A, B y C para poder cumplir con nuestra palabra y repetimos esta acción hasta que logramos dominar esta situación y cumplir.
Basta de culpar
En muchas ocasiones lo más fácil es decir «yo te avisé a tiempo y tu fallaste», o bien «yo dejé enviado un mail avisando que esto sucedería», de esta manera hacemos nuestra parte en el juego de las culpas. Sin embargo, ¿quién sale victorioso de este juego? Nadie. La invitación que les hago es a dejar de utilizar el recurso de culpar a otros, sino que atrevámonos a asumir la responsabilidad. Muy importante es diferenciar que tampoco debemos culparnos a nosotros mismos, sino responsabilizarnos, evitando los efectos emocionales y sicológicos de la culpa: remordimiento, pesar, rabia, pensamiento circular reiterado, entre otros.
Con esto no estoy diciendo que todo el resto de las personas e instituciones están cumpliendo con todo, sino que pongamos el 100% de la energía en un lugar sobre el cual podemos influir realmente y esto es, sobre nuestras acciones. En la vida, de lo único que realmente somos dueños es de aquello que pensamos y sobre todo de lo que hacemos. Es por eso que cuando un porcentaje importante de la responsabilidad la ubicamos en algo que está fuera de nosotros, perdemos la posibilidad de influir en ello.
Como líderes estamos formando el carácter de quienes nos siguen -alumnos y/o docentes- al ser sus referentes. ¿Qué queremos que ellos vean en nosotros y quieran replicar en sí mismos? ¿Una vida empoderada que toma acción y logra sus metas o el vivir con la sensación de ser víctimas y observadores de lo que les ocurre y les afecta?
No da lo mismo el ejemplo que damos, hagámonos responsables de todo lo que nos sucede y seamos así referentes positivos para toda nuestra sociedad latinoamericana que está carente de líderes valientes, responsables e inspiradores.
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Agradezco a mi mentor Jack Canfield, autor de Los Principios del Éxito, quien al igual que W. Clement Stone, ubican el hacerse 100% responsables de nuestra vida como el primer principio para alcanzar las metas. Fue muy importante el trabajo de Julian B. Rotter quien construyó el concepto de Locus interno y externo de control en el cual nos basamos. Finalmente, un importante referente fue Peter Druker, experto en liderazgo, quien posiciona el tomar la responsabilidad como una de las principales habilidades del líder.
Esteban Álvarez
Vicepresidente Ejecutivo de EmprendeJoven