Fortalece tu liderazgo en el aula
Muchos colegios luego de la pandemia se han visto enfrentados a un desafío superior al que tenían anteriormente, siendo algunos de los factores comunes el rezago en aprendizaje, la falta de motivación y de equilibrio emocional en estudiantes y el alto estrés y agotamiento de docentes y directivos.
Frente a estos nuevos desafíos aparece una decisión que debemos tomar quienes trabajamos en educación:
¿Quiero impulsar caminos de solución o prefiero esperar y que otros se hagan cargo?
Si eres de quienes siempre cuentan con una dosis adicional de fuerza interior y estás dispuesta/o a impulsar un camino que lleve bienestar a tus estudiantes y a ti como educador, el mensaje de hoy es para ti.
Un estilo de liderazgo que considero que tiene que emerger en nuestras escuelas, tanto en docentes como directivos, es el LIDERAZGO RESONANTE, este es un modelo propuesto por Goleman, Boyatzis y Mckee que me ha inspirado grandemente.
Un gran líder, o un líder resonante, de acuerdo a estos autores, es aquella persona capaz de encauzar las emociones del grupo y canalizarlas en una dirección positiva, cumpliendo la función clave de disipar la bruma que generan las emociones tóxicas. Lo más importante no es lo que hace sino el cómo.
La ciencia del cerebro nos muestra que este tipo de líder afecta al grupo a través del «Circuito Abierto del Sistema Límbico» (centro cerebral de las emociones), que como su nombre lo indica, es «abierto», es decir puede ser afectado desde el exterior por otras personas, no así otros circuitos, como por ejemplo el sistema circulatorio, que es un circuito cerrado.
Esto del sistema abierto de las emociones se ve claramente en el estudio de Kelly y Barsade del año 2000, donde mostraron que dos personas que se sientan juntas en una reunión terminan compartiendo el mismo estado de ánimo luego de dos horas. Al ser un sistema abierto, se genera constantemente el efecto contagio emocional. Imagina el contagio que se está dando en nuestras aulas día a día.
Si queremos aprovechar esto como una oportunidad para influir positivamente, podríamos apoyarnos, por ejemplo, en que la risa y la sonrisa son las más contagiosas de todas las señales emocionales. Especialmente la risa, que el cerebro sabe que no puede ser fingida fácilmente, transmite cordialidad y si la mezclamos con el optimismo, tenemos las habilidades neuronales básicas para desempeñar bien el trabajo o el estudio.
Un líder resonante en el mundo educativo, logra resonar con sus estudiantes, es decir, alcanza una vibración sincrónica de emociones y energía. Cuando ocurre algo difícil dentro del aula como una discusión o un conflicto, el líder resonante empatiza con el grupo y vibra con ellos en esas emociones para luego acompañarlos en fluir hacia estados que permitan sanar y avanzar. Por el contrario, un líder disonante, preferirá pasar por alto el tema y hacer como que nada ha pasado, deseando que no vuelva a ocurrir algo así.
Cuando el/la líder pone su verdadero ser en el aula y conversa desde el corazón, niños y jóvenes lo perciben y se activa esta resonancia. En cambio, si seguimos en la vereda del líder disonante, eventualmente podríamos transmitir mensajes de ataque frente al comportamiento de un estudiante.
Recuerdo en una ocasión en que junto a Benja dábamos una charla acerca del juego en el aula en el GAM, un gran auditorio en Santiago por ahí por el año 2016, el expositor que vino después de nosotros comenzó diciendo «yo no vengo a jugar, sino a hablar en serio, porque la educación requiere seriedad» ¿Notaste el sarcasmo verdad?, el público había resonado con nosotros y por la frecuencia de este expositor, la gente no logró conectar, y ni siquiera lo dejaron terminar su charla.
Cuando usamos el sarcasmo, o cuando agredimos verbal o gestualmente transmitimos una frecuencia que genera un efecto de «inundación», donde el otro querrá huir o luchar, el ritmo cardíaco le subirá al menos 30 pulsaciones por minuto y quienes estén alrededor aumentarán su nivel de estrés. Todo lo contrario a lo que requieren nuestras aulas.
Ahora bien, no es suficiente con frenar nuestra lengua para evitar decir mensajes duros o a la defensiva, tenemos que cambiarnos de frecuencia emocional y lograr que lo que salga de nosotros sea la respuesta de un líder resonante. Para eso lo primero es identificar qué emociones están apareciendo en nosotros durante una clase ¿te lo habías cuestionado alguna vez? En segundo lugar, tenemos que aceptar ese presente emocional que estamos viviendo (que posiblemente se relaciona con el nivel de estrés en que estés). Finalmente, tendremos que convertirnos en artesanos emocionales que tiñen emocionalmente de forma positiva el aula.
A continuación quisiera regalarte un ejercicio de 3 pasos que te permitirá disponerte emocionalmente para iniciar el camino del liderazgo resonante:
Paso 1: El identificador de emociones.
Durante uno o dos días vas a anotar las emociones que surgen en ti en cada clase que das o en cada parte de tu día si te tocan labores de gestión. Es simple, imprime esta ficha de emociones y abajo anotas para cada clase cuál emoción surgió y qué situación la gatilló. Recomiendo hacerlo apenas terminas la clase, así no se te olvidarán los detalles.
Paso 2: La aceptación.
Ahora quiero invitarte a que tomes las anotaciones acerca de tus emociones y busques algunos patrones que se repitan. Quizás la irritación está repetida varias veces, tal vez la incomprensión también aparezca, u otras. Sin importar lo que encuentres, este ejercicio se trata de llegar a aceptar esa realidad tal como es, conectando con la frecuencia de la aceptación. La idea es no juzgarte, podrías acompañar el momento diciendo frases como «irritación, te abrazo y te agradezco por aparecer en mis clases, quizás buscabas cuidarme de … , contigo logré aprender que….». Transfórmalo en un tiempo valioso, quizás puedes escribir tus palabras si te ayuda a darle fuerza a esta experiencia.
Paso 3: Tiñendo mi clase.
Como tercer paso quiero invitarte a que busques una emoción que te gustaría activar en tu clase, recomiendo la alegría y el entusiasmo. Para tu próxima clase lleva un ejercicio o actividad donde esa emoción aparezca. Conéctate con tus estudiantes emocionalmente desde el inicio, aplica la empatía e identifica aquellos momentos en que logran resonar en conjunto.
Si te resonó el mensaje del día de hoy es probablemente porque estamos en la misma frecuencia y sabemos que ya llegó el momento de comenzar a levantar con fuerza a nuestros niños y niñas y a nuestra sociedad. En próximas oportunidades seguiremos indagando en ideas para llevar a la práctica un liderazgo resonante.