Aprende a ser PREactivo
Muchos hablamos de que la proactividad es una de las habilidades claves para el siglo XXI y, claro, como líderes de organizaciones queremos trabajar con gente «avispada», que cuando terminen las tareas siempre vayan por más, que independientemente del escenario estén en una búsqueda constante de cómo hacer mejor las cosas y de cómo hacer progresar las instituciones.
Otros hablan de ser precavidos como habilidad para el éxito. Adelantarse a potenciales desastres o errores también hacen de una persona alguien fundamental en cualquier trabajo. En una línea de tiempo podríamos ver primero a los precavidos que son aquellos que focalizan su energía y tiempo en ahorrarse problemas, y luego a los proactivos que usan el tiempo para siempre avanzar y acelerar procesos. Pero muy poco se habla de la habilidad que realmente asegura el éxito: la preactividad.
La preactividad se define como asegurar todas las condiciones necesarias para que una actividad ocurra. Por ejemplo, si quiero comenzar una vida deportiva el proactivo de inmediato investigará acerca de los gimnasios, dietas y suplementos alimenticios. El preventivo hará el deporte suficiente para no lesionarse, investigará acerca de elongaciones eficientes y comerá lo necesario para no tener una mala experiencia. Por su parte, el «preactivo» se preocupará de que la actividad ocurra, pondrá su equipo deportivo en el auto, dejará uno de emergencia en la oficina y se inscribirá por internet al gimnasio o pondrá una barra de flexiones en el trabajo.
En el ámbito de la comida el preactivo si quiere localizar energía en tener una buena alimentación siempre tendrá en su refrigerador las condiciones necesarias para alimentarse bien y evitar decaer en la comida chatarra, y así con todas las otras dimensiones.
Lo único que asegura el éxito en nuestras vidas es poder avanzar con actos concretos y la preactividad es la habilidad que contribuye a ello. Como vimos en algunas notas pasadas hay que operar bajo el paradigma del efecto compuesto: pequeños esfuerzos diarios que conlleven a resultados extraordinarios en el mediano y largo plazo.
El dominio de hábitos es la clave para llevar tu vida al siguiente nivel. Un buen dormir, buenos hábitos de productividad en el trabajo, realización diaria de 20 – 30 minutos de deporte y buena alimentación son parte importante de llevar tu potencial al máximo, pero sabemos también que poseemos una mente traicionera que le encanta inventar excusas para sacarnos de esta línea. Somos nosotros los responsables de estar atentos a los autosabotajes que cometemos día a día y de desarrollar la habilidad principal para dominar la mente, la preactividad y, así, independientemente de lo que queramos hacer estén todas las condiciones necesarias para no decir que no.
Ayer me pasó que estaba trabajando en la oficina y quería ir al gimnasio en la mañana. Se me hizo tarde y comencé a inventar excusas y excusas para no hacer deporte. El día anterior había pagado una membresía anual en el gimnasio que esta a una cuadra y había dejado mi equipo deportivo en el auto. Por diversas razones a las 10 PM terminé mi jornada laboral y aunque estaba destruido al llegar al auto vi que estaban todas las condiciones necesarias para hacer deporte. Me puse mi equipo deportivo en el estacionamiento y me dí esa inyección de energía extra. Llegué a mi casa a las 23:30 con toda la satisfacción de haber hecho un esfuerzo que contribuye a mi éxito personal.
Nunca es tarde para tomar el control de nuestras vidas y dar el máximo de nosotros. Desarrollemos la preactividad para evitar los chantajes de la mente y llevemos nuestra vida al siguiente nivel.
Para hacer un ejercicio práctico te recomiendo lo siguiente:
- Escoge una dimensión en la cual quieras crecer (salud, dinero, amor, relaciones, trabajo, deporte o productividad).
- Diseña un plan de preactividad para dominar el hábito, ¿qué debería tener para no caer en excusas para no hacer esa actividad?
- ¿Cómo podría mantenerla en el tiempo?
Benja Faivovich
Director Ejecutivo de Emprendejoven